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¿Qué son?

Se ha acuñado el nuevo termino adicciones comportamentales, para un conjunto de conductas que comparten características con las adicciones al alcohol y/u otras drogas pero que, a diferencia de estas, no implican el consumo problemático de sustancias como el alcohol o el cannabis.

Las adicciones comportamentales tienen muchas características en común con las adicciones a sustancias:

  • Pérdida de control sobre la conducta o actividad.
  • Dependencia psicológica.
  • Tolerancia (necesidad de aumentar el tiempo dedicado a la actividad para sentir el mismo placer que al principio, o evitar el displacer).
  • Pérdida de interés por otras actividades o conductas que antes eran placenteras para la persona.
  • Interferencia en la vida cotidiana, que puede llegar a ser grave.

Sin embargo, hay una característica que las diferencia claramente y es: Que no hay ingesta de sustancia.

¿Qué tipos existen? ¿qué características tienen?

Básicamente se puede encontrar el juego patológico y las tecnologías de la información.

  • El juego patológico y sus variantes recientes (apuestas online, videojuegos, máquina tragaperras). El trastorno por juego de apuestas (gambling, en inglés) se caracteriza por un patrón de comportamiento persistente o recurrente de juego de apuestas, que puede ser en línea (es decir, por internet) o no y que se manifiesta por:
    • Deterioro en el control sobre el juego de apuestas (por ejemplo, con respecto al inicio, frecuencia, intensidad, duración, terminación, contexto).
    • Incremento en la prioridad dada al juego de apuestas y al grado que se antepone a otros intereses y actividades de la vida diaria.
    • Continuación o incremento del juego de apuestas a pesar de que tenga consecuencias negativas.
    • Es lo suficientemente grave como para dar lugar a un deterioro significativo a nivel personal, familiar, social, educativo, ocupacional o en otras áreas importantes del funcionamiento.
    • Puede ser continuo o episódico y recurrente. Generalmente es evidente durante un período de al menos 12 meses (criterio importante para que se asigne el diagnóstico), aunque la duración requerida puede acortarse si se cumplen todos los requisitos de diagnóstico y los síntomas son graves.
  • Las relacionadas con tecnologías: uso de móvil e internet (a menudo, vinculados a la frecuentación de redes sociales virtuales pero que puede ser también generalizada o focalizada en una/s poca/s temática/s).
    El trastorno por uso de videojuegos (gaming, en inglés) se caracteriza por un patrón de comportamiento de juego persistente o recurrente («juegos digitales» o «videojuegos»), que puede ser con o sin acceso a internet, y que se manifiesta por:

    • Deterioro en el control sobre el juego (por ejemplo, inicio, frecuencia, intensidad, duración, terminación, contexto).
    • Incremento en la prioridad dada al juego y al grado que se antepone a otros intereses y actividades de la vida diaria.
    • Continuación o incremento del juego a pesar de que tenga consecuencias negativas.
    • Es lo suficientemente grave como para dar lugar a un deterioro significativo a nivel personal, familiar, social, educativo, ocupacional o en otras áreas importantes de funcionamiento.
    • Puede ser continuo o episódico y recurrente, y generalmente es evidente durante un período de al menos 12 meses (criterio importante para que se asigne el diagnóstico), aunque la duración requerida puede acortarse si se cumplen todos los requisitos de diagnóstico y los síntomas son graves.

No es infrecuente que aparezcan asociadas a otros problemas, bien de consumo de sustancias, bien de otra índole (afectivos, de personalidad, etc.). De ahí la importancia de abordarlas, más allá de las intervenciones estrictamente conductuales que regulan el impacto del hábito en el día a día del sujeto, teniendo en cuenta la singularidad de dicha conducta en cada individuo.

Pueden aparecer asociadas a otros problemas, bien de consumo de sustancias, bien de índole afectiva, de personalidad…

¿Cuáles son algunas de las principales señales de alarma de un problema de adicciones?

Algunas de las señales a las que se tiene que prestar atención son:

  • Cambio brusco en el cuidado y aseo personal
  • Trastornos del sueño con insomnio y/o pesadillas y temblores
  • Pérdida de peso o apetito excesivo
  • Disminución del rendimiento escolar o abandono de los estudios
  • Aislamiento físico, tendencia a aislarse en su habitación
  • Disminución de la comunicación verbal y afectiva
  • Empobrecimiento del vocabulario
  • Abandono de aficiones e intereses
  • Cambios bruscos de humor
  • Pérdida de responsabilidad
  • Gasto de dinero inusual

Otras señales podrían ser:

  • Dedicación a la actividad o conducta, que va aumentando progresivamente en detrimento de otras actividades vitales o diarias.
  • Falta de control sobre la conducta o actividad en cuanto al inicio, frecuencia, intensidad, duración, finalización y contexto en qué se realiza la conducta.
  • Seguir realizando la conducta o actividad problemática pese a tener consciencia de las consecuencias negativas que esta conlleva.
  • Aislamiento familiar y social.

Estas señales por si solas no indica que se tenga un problema de salud mental, para ello hace falta consultar a un profesional de la psicología.

¿Qué hacer y qué no hacer ante sospecha de adicción?

ANTE LA EVIDENCIA DE CONSUMO. Cuando sea evidente, pida consejo a su médico de familia o acuda a un centro especializado. Debe saber que hay una serie de cosas que usted puede hacer y otras que no conviene que haga.

Hay que…

  • Dialogar y analizar las circunstancias que llevaron al consumo.
  • Mantener el autocontrol emocional.
  • Ofrecer ayuda pues ve en usted alguien a quien recurrir.
  • Mostrarle su afecto por lo que él o ella es, independientemente de lo que haga.
  • Intentar dedicarle más tiempo y prestarle más atención.
  • Entender que se está ante una persona que tiene problemas y no “ante un problema”.

NO debe…

  • Desesperarse.
  • Culpar, ni “echarle en cara” todo lo que usted ha hecho por él o por ella.
  • Convertirse en su perseguidor/a.
  • Criticar de forma continuada y violenta su comportamiento.
  • Utilizar el castigo como único recurso para evitar que continúe consumiendo.
  • Acosarle continuamente con preguntas, sospechas, acusaciones, pues ello sólo conseguirá que se aleje de usted cada vez más

¿Se puede prevenir?

La prevención debe llevarse a cabo en diferentes entornos:

  • Entorno individual: tener un buen concepto de sí mismo, habilidades sociales, valores, asertividad.
  • Entorno social: tener una buena red de amigos, practicar alguna actividad gratificante.
  • Entorno familiar: comunicación familiar positiva, establecer límites, relación familiar cercana.
  • Entorno escolar y/o laboral: buen clima escolar o laboral, buena comunicación.

La finalidad que persigue la prevención de las adicciones es:

  • Evitar que se produzca el consumo o conducta adictiva
  • Retrasar su inicio
  • Evitar que se convierta en un problema para la persona o para su entorno social

¿A quién pedir ayuda?

En los casos que tu o alguien cercano a ti (amigo, familiar, hijo, etc.) creas que necesita ayuda ponte en contacto con:

  • Tu centro de salud más cercano, acude a tu profesional de cabecera
  • Solicita ayuda a una persona cercana de tu entorno (amigo, padre, etc.).
  • Si estás en un centro educativo habla con el orientador o tu tutor, ellos sabrán qué hacer.
  • Solicita ayuda a un profesional de la psicología o a una asociación de familiares o personas con esta problemática (En La Rioja: ARJA, ARAD y Proyecto hombre)
  • Teléfono del Gobierno de La Rioja de información y asesoramiento en materia de adicciones, anónimo y gratuito: 900 714 110